No importa el tipo de placa que poseas, una recomendación esencial es la prontitud en tu acción. Haz la limpieza de la superficie de tu vitrocerámica o de inducción inmediatamente después de preparar los alimentos. El retraso en eliminar los residuos provocará que se adhieran con mayor firmeza y dificultará su remoción. ¿Te interesa descubrir los beneficios y desventajas de cada método de cocción?

Antes de limpiar la vitrocerámica…

Certifícate de que la superficie está a temperatura ambiente y desconectada. Por sorprendente que parezca, las manchas se eliminan más eficientemente en frío. Respecto a las placas de inducción, su verificación es sencilla, puesto que requieren de un utensilio específico para activarse. Por otro lado, en las tradicionales, asegúrate de que el indicador luminoso esté apagado, y prudentemente pasa la mano cerca (sin hacer contacto para evitar quemaduras) para confirmar que no retiene calor.

Verifica que se haya enfriado. Es común que tanto hombres como mujeres cometan el error de asumir que, al igual que la ropa y los platos se benefician del agua caliente para su limpieza, lo mismo sucederá con la superficie de la vitrocerámica.

Sin embargo, esto es un equívoco; para limpiar adecuadamente la vitrocerámica es esencial que esté fría. Para comprobarlo, basta con observar el indicador de calor o, alternativamente, colocar la mano a una distancia prudencial de la superficie y, si no percibes calor, entonces es seguro proceder con la limpieza.

Posteriormente, selecciona los productos de limpieza más apropiados, manteniendo en mente que el vidrio de la vitrocerámica requiere un cuidado especial, ya que es más susceptible al daño y determinados productos abrasivos pueden deteriorar su lustre.

Paso a paso para limpiar la vitrocerámica

Sin duda, su superficie se mantiene impecable con facilidad gracias a su acabado liso. Se aconseja la utilización de un limpiador especial para suprimir las incrustaciones, aunque su uso no es imprescindible tras cada uso del electrodoméstico, a no ser que la placa vitrocerámica esté excepcionalmente sucia. La delicadeza del cristal vitrocerámico exige cautela, ya que ciertos agentes químicos (como los productos abrasivos) pueden disminuir su lustre característico.

  • Paso 1. Inicia con una limpieza básica. Emplea un trapo o papel de cocina para eliminar cualquier residuo alimenticio sobre la superficie una vez haya enfriado. Este paso servirá para identificar las manchas más rebeldes y ablandarlas.

  • Paso 2. Deposita un chorro del limpiador específico sobre las áreas afectadas.

  • Paso 3. Con una bayeta o de preferencia, con un estropajo no metálico (evita aquellos de aluminio que podrían dañar la placa), extiende la solución limpiadora sin removerla, permitiendo que actúe por unos instantes.

  • Paso 4. Posteriormente, quita el producto con un paño húmedo. Opta siempre por textiles delicados.

  • Paso 5. Para concluir, seca la superficie.

En situaciones donde la vitrocerámica presente una suciedad avanzada, es recomendable preeliminar las manchas de líquidos endurecidos, resultado de la cocción, con una espátula específica. Evita a toda costa el uso de instrumentos cortantes (o similares) o estropajos de aluminio, puesto que tienen el potencial de rayar la placa. Afírmala con seguridad para que no resbale y manéjala a un ángulo de 30 grados en relación a la superficie de la vitrocerámica. A continuación, repasa con la bayeta.

1. Preparación antes de la limpieza: Antes de empezar el proceso de limpieza, asegúrate de que la superficie de la vitrocerámica esté completamente fría al tacto para evitar accidentes. Recoge todos los utensilios de limpieza que vayas a necesitar, como un raspador especial para vitrocerámica, esponjas no abrasivas, un paño de microfibra y productos de limpieza adecuados para este tipo de superficies.

2. Eliminación de residuos sólidos: Usa el raspador de vitrocerámica para retirar con cuidado cualquier resto de comida o líquido quemado que se haya adherido. Es fundamental realizar esta tarea con sumo cuidado y utilizando el ángulo adecuado para no rayar la superficie.

3. Aplicación de productos de limpieza: Aplica un limpiador específico para vitrocerámicas o, en su defecto, puedes usar una mezcla de agua tibia y un poco de jabón líquido con pH neutro. Extiéndelo uniformemente sobre la placa y deja actuar por unos minutos si es necesario para ablandar la suciedad más persistente.

4. Frotado y pulido: Después de que el producto de limpieza haya tenido tiempo de actuar, frota la superficie con una esponja suave o un paño de microfibra. Es preferible utilizar movimientos circulares para levantar la suciedad sin dañar la vitrocerámica.

5. Aclarado y secado final: Retira el limpiador con un paño limpio humedecido en agua y asegúrate de no dejar residuos. Finalmente, seca la vitrocerámica con un paño de microfibra seco y limpio, puliendo la superficie para que recupere su brillo original y quede libre de marcas y manchas.

Consejos adicionales: -Mantén la vitrocerámica limpia después de cada uso para prevenir la acumulación de suciedad. -Evita el uso de estropajos metálicos o productos abrasivos que pueden rayar la superficie. -En caso de derrames, actúa de inmediato para evitar que los residuos se endurezcan. -Evalúa la posibilidad de utilizar protectores de vitrocerámica durante la cocción para minimizar la suciedad.

Siguiendo estos pasos y consejos podrás mantener tu vitrocerámica siempre brillante y en perfecto estado, prolongando su vida útil y eficiencia.

Cómo dar brillo a la vitrocerámica

Si bien existen productos dedicados que realzan el esplendor de la vitrocerámica, tienes la alternativa de preparar una solución de vinagre y agua y sumergir un paño en esta combinación. Distribuye la solución a lo largo de la superficie de la vitro y, seguidamente, enjuágala.

Cómo limpiar una vitrocerámica quemada

En determinadas ocasiones, ciertos quemadores de la vitrocerámica pueden acumular manchas particularmente resistentes que no desaparecen fácilmente utilizando un paño húmedo o un raspador. Existe un método casero que puede ayudarte en estas situaciones: combina dos cucharadas pequeñas de bicarbonato de sodio con 100 ml de agua hasta obtener una consistencia pastosa. A continuación, distribuye esta mezcla sobre la zona afectada y pulveriza un poco de vinagre por encima. Deja que la solución haga efecto por un lapso de 5 minutos y finalmente enjuaga con agua.

Cómo limpiar una vitrocerámica rayada

Una vez completados los procedimientos que te hemos detallado, si observas rasguños en la superficie, disponemos de un método infalible para deshacerse de los arañazos en la vitrocerámica. El uso de pasta dentífrica es efectivo para este fin. Aplica una pequeña cantidad de este producto sobre el área afectada de la vitro y distribúyela con un trapo utilizando movimientos circulares. Luego, elimina cualquier residuo con un paño limpio. Verifica que no permanezcan restos, ya que al encenderla, podrían incinerarse las sobras de la pasta dentífrica.

Trucos caseros para limpiar la vitrocerámica

Limón

La acidez que contiene el cítrico del limón tiene la capacidad de suavizar manchas rebeldes en la superficie del vidrio cerámico. Aplica algunas gotas del jugo de limón directamente, permítele que haga efecto y posteriormente, frota suavemente.

Vinagre (o vinagre y bicarbonato)

Por supuesto, el vinagre no solo sirve para aportar brillo, sino que también es efectivo para la limpieza de la vitrocerámica. Se cuenta entre los trucos domésticos más frecuentes para el aseo. Deposita algunas gotas en un paño delicado y frota con él la totalidad de la área de la placa. Si enfrentas suciedad persistente, puedes recurrir a una solución de bicarbonato y vinagre directamente sobre la zona afectada.

Hielo

Un consejo adicional para higienizar una superficie de vitrocerámica extraordinariamente engrasada es utilizar hielo. Desliza un trozo de hielo sobre la suciedad adherida o complicada de quitar en la vitrocerámica durante sesenta segundos. Acto seguido, emplea la espátula y observarás el modo en que la suciedad se esfuma: el hielo la solidificará, facilitando así su extracción con la herramienta mencionada.

Cómo evitar que la vitrocerámica se ensucie (tanto)

Es esencial que mantengas un ojo atento al proceso de cocción de tus alimentos para prevenir marcas no deseadas. Asimismo, si te mantienes alerta y detectas una mancha, tendrás la capacidad de responder de forma inmediata, eliminándola con un trozo de papel absorbente o un trapo húmedo. Emplea las tapaderas como excelentes defensoras contra los derrames.

Procura también no deslizar ollas o sartenes sobre la superficie de la vitrocerámica y, aunque tu cocinero predilecto lo realice en la televisión (lo cual luce espectacular), contén la tentación de hacer esos movimientos circulares si el utensilio está situado sobre la zona de cocción.

Para concluir, evita emplear el tope de la vitrocerámica como si fuera un área más de tu mesada. Abstente de usarla para rebanar pan, aderezar la ensalada o preparar tu desayuno. No solo prevendrás las suciedades, también te ahorrarás de posibles arañazos en la superficie.

Diferencias entre vitrocerámica e inducción

A pesar de requerir una limpieza similar, cada tipo de cocina posee atributos distintivos. ¿Conoces algunos de ellos? Ambas formas de cocinas utilicen electricidad, sin embargo, varían en su manera de transferir el calor, así como en su constitución.

  • Placa vitrocerámica: es una superficie de cocción plana hecha de cerámica con tratamiento a temperaturas altas, que se caracteriza por su durabilidad térmica y su eficiencia en la conducción del calor. Debajo del panel vidriado existen múltiples resistencias en forma de círculos, que operan como quemadores. Estas se calientan y dispersan el calor requerido para cocinar tus alimentos. Es importante mencionar que una vez que está operativa, es peligroso tocarla dado que alcanza temperaturas extremas.

  • Cocina de inducción: opera mediante un imán de alta potencia que se activa por medio de corriente eléctrica. De esta manera, se genera un campo magnético que provoca el calentamiento directo en los utensilios de cocina metálicos (por ejemplo, ollas o sartenes) al contacto con la superficie. Esta superficie es también de cristal cerámico brillante y liso, como en el caso de la vitrocerámica.

La vitrocerámica y la inducción representan dos tecnologías de cocinas eléctricas considerablemente distintas, lo que conlleva a una diferencia en el ahorro energético entre ambas opciones y esto podría influir significativamente en tu preferencia.

Después de limpiar la vitrocerámica puedes darle brillo

En las góndolas de los supermercados encontrarás numerosos artículos destinados a realzar el esplendor de tu encimera vitrocerámica. De igual manera, lograrás un efecto renovado combinando agua y vinagre; aplicando esta solución, tu vitrocerámica resplandecerá, dando la impresión de ser recién adquirida. Indudablemente, procede con esta tarea unos instantes tras haberla higienizado.

¿Cómo limpiar una vitrocerámica muy sucia?

Con frecuencia, al preparar los alimentos, es posible que broten salpicaduras de líquidos desde las sartenes o cazos, dejando huellas en nuestras superficies de trabajo. Por este motivo, es recomendable emplear un rascavidrios o espátula, un utensilio diseñado específicamente para eliminar los residuos alimenticios adheridos en la placa de vitrocerámica. Este proceso se debe llevar a cabo previo a iniciar la limpieza.

Y recuerda, jamás debes intercambiar este instrumento por un cuchillo o cualquier otro objeto cortante. Asimismo, evita el uso de esponjas de metal ya que podrían ocasionar arañazos en la superficie de la vitrocerámica.

Posteriormente, sólo necesitarás aplicar los pasos correspondientes sobre el modo adecuado de limpiar una vitrocerámica.

¿Cómo limpiar una vitrocerámica rayada?

Si en alguna ocasión no has seleccionado la fibra de limpieza apropiada o tu placa de cocción acumula varios años, su mantenimiento podría representar una tarea ardua. No obstante, afortunadamente existe un método para suprimir los “arañazos” y conseguir higienizar la superficie de inducción sin inconvenientes. Es suficiente con aplicar una cantidad adecuada de crema limpiadora directamente sobre las marcas y distribuirla uniformemente con un paño suave. Utiliza solo un poco del producto y espárcelo con diligencia durante un periodo considerable de tiempo. Tras esperar unos minutos y con un paño limpio, procede a eliminar los excedentes más superficiales. Posteriormente, activa la placa para verificar su correcto funcionamiento y asegurarte de que las marcas no se adhieren a la superficie por efecto del calor.

¿Y una vitrocerámica quemada?

Si observas que al hervir o freír el líquido salpica y se adhiere a los bordes del utensilio de cocción, existe el riesgo de que posteriormente se generen líneas de quemado. Estas áreas carbonizadas suelen ser bastante complicadas de eliminar usando un trapo y podrías sentir la tentación de raspar. No obstante, lo recomendable es aplicar una mezcla de bicarbonato y un poco de agua, formando una pasta que podrás colocar sobre la grasa y dichas líneas. Acto seguido, es posible incorporar un poco de vinagre y permitir que actúe por un lapso de 5 o quizá 10 minutos.

Preguntas frecuentes

Si todavía tienes inquietudes acerca de la limpieza de tu vitrocerámica, te invito a consultar algunas de las interrogantes más habituales:

¿En la vitrocerámica hay manchas que no se quitan?

Cada una de las marcas presentes en la vitrocerámica es removible; no obstante, hay algunas que se disipan casi instantáneamente, mientras que otras exigen más de cinco minutos o tal vez necesiten ser abordadas mediante dos procesos de limpieza distintos. Solo es cuestión de cumplir con la metodología para el aseo de la vitrocerámica y prestar atención a las recomendaciones para vitrocerámicas con rayones, manchas de quemaduras, entre otros.

¿Y cómo limpio una cocina por inducción?

El método para asear una cocina de inducción corresponde al empleado para una vitrocerámica. Te invitamos a aplicar nuestros pasos y recomendaciones, descubrirás que es sumamente fácil.

¿Cuando la vitrocerámica se manche tengo que limpiarla rápido?

Lo más aconsejable es proceder a su limpieza a breve plazo. Habitualmente una vez que se haya templado. Esto significa que no debes asearla inmediatamente tras cocinar, ni tampoco esperar más de una hora, pues los residuos se solidificarán y complicarán su remoción.

¿Qué es una rasqueta?

Es una interrogante recurrente, que surge en muchas personas que nunca antes han procedido a la limpieza de una vitrocerámica. Una rasqueta para vitrocerámica es una herramienta o dispositivo que dispone de una hoja cortante en uno de sus extremos, además de un mango. Constituye un elemento esencial para efectuar adecuadamente el aseo de la vitrocerámica, ya que facilita el proceso de “ raspar” la superficie de ese aparato doméstico y remover o deshacerse de los residuos, evitando rayones o deterioros en la vitro.

Rasqueta Vitrocerámica

Manejar este instrumento es sumamente sencillo, basta con posicionar el filo sobre el área de la vitrocerámica y angulándola lo necesario para que su agarre resulte confortable. “ Raspar” en dirección de atrás hacia adelante de modo reiterado.